En mi experiencia, la vida nos regala situaciones y relaciones a favor del proceso del darnos cuenta o vivir conscientes.

Lo observo, tantas veces, como un juego orquestado por una mano amiga, sabia y creativa que nos regala oportunidades para despertar nuestra versión más poderosa.

Cuando sanamos, crecemos, aunque duela. Y todos tenemos la capacidad de hacer consciente lo inconsciente.

Bajo este prisma, una de las facetas que entrenamos en terapia es la atención.

Junto al cliente ejercitamos la capacidad del darnos cuenta a través de dinámicas de atención- mindfulness-.

Se trata de observar el momento mágico en el que algo en nosotros suelta aspectos como la vieja pauta o una forma caduca de actuar.

Soltar y abrir, vivencias de íntima liberación- insights- que conllevan la sutil escucha de esa parte creativa de uno mismo que demanda un nivel mas profundo desde el que mirar.

Mi propuesta es que vivamos cada día con desapego, soltemos lo viejo sin que lo nuevo haya llegado aún. Digamos más veces adiós, sin resentimiento ni rechazo, al "más de lo mismo” soltando apegos, inercias o patrones automáticos que yá forman parte de una zona transitada o demasiado confortable. Sabemos que la vida es un cambio continuo donde el propio cambio es lo único que permanece.

Observemos el gozo que se produce al sentir cuando se desprenden viejas pautas o relaciones caducas.

Propongo dejar ir y saludar con alegría los momentos de apertura a lo íntimamente nuevo, hay una libertad profunda en el vivir sin apego.

Atención al cambio.

Atención a lo imprevisto.

Sé consciente, abrázalo todo y déjalo ir.