Hace ya unos años, leí una entrevista al cineasta David Lynch que me inspiró a experimentar con la práctica de la meditación. Contacté con un centro de barrio en Madrid que impartía sesiones de meditación trascendental y comencé a explorarla. Poco a poco fui incorporando esta disciplina mental a mi rutina diaria, sin esfuerzo y de manera gradual. Practicando el arte de estar presente, aquí y ahora. Lo que mas me llamó la atención fue descubrir un estado interno inexplorado. La capacidad innata de conectarme desde otro lugar. Hoy lo vivo como una herramienta que me permite vivir mas despierta y consciente tratando de no identificarme con mis voces automáticas. Hay momentos que es una proeza. Mis voces, a veces, hablan como personajes con autoridad que transitan juzgando y queriendo dinamizar el espacio-tiempo. Cuando medito, las observo, sin juzgarlas y trato de atravesarlas, sin apegarme a ellas. El viaje de nuestra mente racional transita con ímpetu,  a lo que está por venir o lo que ya fue, en forma de memorias o proyecciones. No vive en el aquí y el ahora. Cuando meditamos entrenamos la conciencia, una forma de Gran Mente, que facilita vivir en total presencia. Una de las tomas de conciencia que nos regala la práctica es que nos permite despertar del sueño mental y darnos cuenta de que somos algo mas que nuestros pensamientos o emociones. Nos permite ampliar y profundizar la mirada sobre lo que somos en esencia. Tantas veces vivimos identificados con lo que pensamos y funcionamos bajo una conducta inconsciente. Y nos repetimos, día tras día como autómatas insensibles a la escucha corporal o vivencial del momento presente. La mente es necesaria pero no suficiente para vivir plenamente. Cuando vives en el ahora descubres la posibilidad de gozar con mas verdad de cualquier acción. Vives en un tiempo mas real. Podemos meditar en cualquier momento y lugar. Y nuestra naturaleza humana, que es muy sabia y agradecida, aprovechará enseguida los infinitos beneficios de esta práctica milenaria, a nivel físico, emocional y espiritual. Medita mientras vivas. Vivirás con mas apertura, mas conexión interna, mayor intuición y sabiduría. De verdad.